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Mari Manotas: “En el momento en el que entendí que el amor era yo, todo empezó a fluir”

La empresaria e influencer habló con MedPlus sobre su carrera, sus empresas, su reciente separación y lo más importante en su vida: sus hijos.

Por: Karen Johana Sánchez
Fotos: Camilo Espitia
Agradecimientos: Press And Digital Agency

Auténtica, franca, aguerrida y muy ‘buena onda’. Así es Marialejandra Manotas o Mari, como prefiere que la llamen. Una arquitecta e influenciadora que, a sus 28 años, se ha vuelto el referente de muchas madres, mujeres y emprendedoras que les siguen sus pasos, a través de sus redes sociales, que ya cuentan -en Instagram- con un poco más de 500 mil seguidores.

Pero su esfuerzo no ha sido en vano. Ha sido un camino recorrido con esfuerzo, lucha y con creer en sus capacidades. Mari es una mujer que la tiene clara. Recuerda que, desde pequeña, gracias a la influencia de su madre, adquirió el gusto por las manualidades, lo que, cree, la impulsaría a estudiar arquitectura.

Pero, además de su profesión, se ha convertido en un referente en temas de maternidad, emprendimiento, belleza, moda, entrenamiento físico, entre otros. Un papel que, incluso confiesa, llegó inesperadamente y se fue forjando empíricamente.

La honestidad y la verdad son principios para la vallecaucana. Reconoce que su reconocimiento se debe a que comparte contenido real: “Trato de ser muy honesta y coherente con lo que pienso y con lo que hago para que las personas vean que sí se puede ser buena persona y que sí se pueden hacer bien las cosas”.

Pero, también sabe que ha sido un proceso de fortaleza porque así como ser influencer ayuda a los demás e, incluso, le ayuda a impulsar sus proyectos y negocios, también es un punto de crítica y envidia, tema que, según ella, ya aprendió a manejar.

“No hay que negar que las redes sociales pues hoy en día son un negocio también, pero tratar de hacer que sea un negocio honesto, como todo lo que hago en mi vida. Y el tema de los malos comentarios, pues yo creo que obviamente con las redes sociales uno está más abierto a que te critiquen… Eso es un proceso, pero con el tiempo vas entendiendo que esa tampoco no es la solución, entonces también sirve como un ejercicio de paciencia, de conciencia, de retroalimentación”.

La empresaria

Desde 2018, la arquitecta comenzó a emprender. Afirma que, tras verse un poco confundida de cómo empezar a ejercer su profesión, se arriesgó a crear su propia empresa, Caoba Design, la cual hoy ya cuenta con siete empleados.

Como su consentido, este emprendimiento le ha enseñado más de lo que imaginó: “Fue un proceso muy bonito porque fue como un hijo, y lo fui creando. Fui a la cámara de comercio, registré la empresa, todas esas cosas que a uno nunca le enseñan en la universidad, y las fui haciendo solita… Me acuerdo que, cuando cumplí el año, dije: ‘Juepucha, ¿a qué hora logré todo lo que he hecho y cómo empecé?’”.

Después, durante la pandemia, llegó EveryDay Love, la marca de productos para el cabello, que nació a raíz del movimiento de un tema sus redes sociales: la belleza.

En este, confiesa que ya tenía más conocimiento; sin embargo, es distinto al primero: “Todo es un proceso de aprendizaje, de crecimiento, que yo siempre digo: ‘Si a uno se le quiebra una empresa, uno no es un fracaso, antes es un aprendizaje gigantesco porque la próxima que uno haga, no la va a embarrar igual’”, dice la arquitecta.

Pero el trabajo de Manotas va más allá de asesorar en diseño arquitectónico y decoración, o de vender productos de belleza para el cabello. Su labor empresarial también tiene un enfoque social.

“Quise mezclar como un poco mi profesión con la realidad que vivimos en este país. Siempre me encantaron los programas de remodelaciones, los veía desde chiquita, entonces dije: ¿Por qué no hago algo con mi empresa y le puedo devolver un poco a la gente? Entonces, decidí sacar de los recursos de Everyday Love y de mis redes sociales y de Caoba, como un proyecto muy propio para poder transformar espacios de familias”, cuenta.

Es así como, hasta el momento, ha ayudado a dos familias. Además de los recursos de sus empresas, hace una venta de garaje de ropa para poder ayudar a aquellos con bajos recursos. Muy pronto, cuenta, apoyará a una mujer que debe cuidar de sus hermanos, mellizos, pues su madre falleció. “Una historia durísima obviamente con la que me siento relacionada con el tema de los mellizos, entonces pues espero que este sea un proyecto muy especial”, dice.

“Amor propio, un proceso que se construye”

De la arquitecta e influenciadora también se ha hablado recientemente en los medios de comunicación por su separación con el comediante Alejandro Riaño, un tema del que habla con seguridad y sin tapujos, pero que detrás de todo tiene una gran lección: el amor propio.

Incluso, tras varias especulaciones de que tenía una nueva pareja, la influencer escribió en sus redes: “Estoy estrenando amor, que soy yo. No necesito nada más”.

Para ella, este amor propio ha sido “la raíz” desde donde ha tomado todas las decisiones. “No es una decisión fácil, no es algo que uno se levanta y diga: ‘Ay, hoy me siento amor propio, hoy me amo’. Es un proceso que se construye a través también de procesos dolorosos, procesos a los que uno no está preparado, pero pues, como te dije antes, esas cosas difíciles son las que te hacen fuerte y las que te hacen valorar lo que eres y lo que necesitas”.

“Creo que viene como de este empoderamiento femenino de entender que somos fuertes, que somos capaces, que somos poderosas, que podemos ser mamás trabajadoras, emprendedoras y no hay necesidad definirnos en un solo rol. Entonces, pues nada, yo estoy muy tranquila. Creo que en el momento en el que entendí que el amor era yo, todo empezó a fluir”, añade.

Y es que las transformaciones no solo incluyeron una separación, sino cambiar de casa, de entorno, de vida, una decisión difícil de tomar, pero que, según manifiesta, la ha fortalecido.

“Es una decisión difícil pero yo, por ejemplo, a veces cuando estoy super triste o lo que sea, digo…. Bueno, igual estoy mejor que antes, entonces hay que pensar que obviamente es una decisión que cuesta, que es dolorosa, pero, al final, te va a traer tranquilidad y felicidad”, afirma.

Incluso, este trabajo también incluye tener una buena relación con su expareja que, aunque dice que tiene altibajos, se trabaja en conjunto teniendo como base a sus hijos.

Mari Manotas: “En el momento en el que entendí que el amor era yo, todo empezó a fluir”

Mamá multitareas

Y es que precisamente los hijos son para la arquitecta lo más sagrado. Tiene un equipo en casa que le ayuda con Matilde -de cuatro años-, y sus mellizos, Agustín y Antonio – de año y medio-, para poder cumplir con sus obligaciones laborales porque, para ella, ser mamá y empresaria, al mismo tiempo “no es un delito”.

Aunque no tenía planeado tener tres hijos tan pronto, la arquitecta señala que sus hijos llegaron en momentos muy importantes de su vida y que, tras nacer, se da hado cuenta de que “todo mejora y que todo es bonito, y antes todo comienza a cambiar y a crecer, entonces como que de verdad los hijos son una fortaleza y llegan para algo en el momento de la vida de uno que te va a traer algo positivo”.

Es más, cada uno representa un factor muy diferente en su vida. Dice que Matilde es su mejor amiga, su compañía. Antonio “es el malgeniado de los mellizos… el más difícil pero también muy sincero” y Agustín” es dulzura pura, ese el paño de lágrimas”.

Por eso, trabaja incansablemente porque dejarles un gran legado, que “sean personas honestas, quiero que sean amorosos, quiero que sean buenos seres humanos, que se preocupen por los demás… Yo creo que, si uno les deja una buena educación y unos buenos valores, ellos van a ser capaces de conseguir lo que quieran”.

Ahora, dice que su principal sueño es precisamente verlos crecer felices y acompañarlos en cada proceso de su vida. También dice que sigue creyendo en el amor, y que se volvería a casar. ¿Más hijos? No, ya cerró la fábrica, pero, como ella misma señala, “cada día tiene su afán”.

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