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¿Qué es la felicidad? ¿cómo ser felices?

Conocernos a nosotros mismos, valorar lo que tenemos y dedicarle tiempo a lo que nos genera placer, paz interior y confort son algunas de las formas de llegar a ese estado mental de plenitud.

Por Cristina Morales.

Ninguna persona es igual a otra, cada una tiene sus propias ideas, sentimientos, creencias, sueños, etc., pero existe una motivación que nos une a todos, sin importar las diferencias: todos queremos ser felices. Ese es el sueño y el ideal que nos conecta, pero ¿qué significa realmente ser felices? ¿Dónde se aloja ese hermoso sentimiento? ¿Quiénes lo viven y lo disfrutan?

Aníbal Bustamante Estrada, psicólogo, docente de la Facultad de Psicología de la Universidad de Manizales, explica: “La felicidad es paz interior o, si se quiere, ausencia de sufrimiento, pero es importante definir sufrimiento: las personas sufren cuando no tienen lo que quieren, y mientras lo tengan, no sufren. Volviendo a la felicidad, mientras disfrutemos y valoremos de lo que tenemos y comprendamos y aprendamos de lo que no tenemos, estaremos con paz interior”.

Ser y estar

También es importante diferenciar entre ser feliz, estar feliz y me hacen feliz. “Si estoy feliz es algo momentáneo, un momento de placer (me gané la lotería, estoy en una fiesta, tengo novia, gané el partido de fútbol) y me hacen feliz (frase común: me hace feliz mi esposa, me hacen feliz mis hijos, me hace feliz mi trabajo). Estoy diciendo en los dos puntos anteriores que mi felicidad depende de afuera de mí, mientras que si digo soy feliz, solo depende de mí, por supuesto que muchas veces no pasa lo que uno quiere, pero no dependo de que pase lo que yo quiero para ser feliz”, define Bustamante.

Es una decisión de vida

Por su parte, Andrea Alaguna P., psicóloga, especialista en gestión de procesos psicosociales, especialista en gerencia de servicios sociales, explica que la felicidad es cambiante, va de acuerdo con cada etapa de la vida en la que nos encontramos.

“Cada día tenemos nuevas necesidades, y suplimos otras, eso hace que los estados de felicidad estén en constante movimiento. Otro aspecto fundamental es que la felicidad que da las cosas materiales no es tan duradera como la que nos proporciona; por ejemplo, compartir con la familia, cuando nuestros hijos nos abrazan, cuando nuestro perro mueve su cola de felicidad al vernos, la felicidad es una decisión”, indica Alaguna, quien también es madre y empresaria.

Es nuestra responsabilidad

Generalmente, aprendimos en lo que nos rodea -televisión, películas, libros, etc.-, que la felicidad es algo relacionado con el tener, con el poder, con el hacer, casi nunca nos hablan sobre el ser. Bustamante cuenta: “Cuando me presento a mis estudiantes y en conferencias empiezo diciendo que: Yo no soy psicólogo, y mi miran raro, piensan que soy un estafador, y les insisto en que es verdad, porque yo no soy la carrera, ni tampoco soy la familia. ¿Quién soy? Y desde ahí es donde comenzamos a trabajar en nuestra propia felicidad, somos culpables de nuestras angustias y responsables de nuestras propias emociones. El otro hace lo que a mí no me gusta, eso es válido, pero es mi decisión lo que yo pienso y siento, solo yo decido lo que yo pienso y siento”.

Acciones para ser feliz

  • Lo primordial es trabajar la paz interior, qué cosas, situaciones y personas ‘me la quitan’, comprender que todo depende de cómo interpretamos lo que nos sucede, y cada uno interpreta lo que ocurre de acuerdo con lo que ha asimilado e interpretado de la vida por sus experiencia y conocimientos.
  • Cuando una nueva situación nos hace sentir diferentes, como una ruptura de pareja, lo normal es sentir tristeza, rabia, la tusa, la desilusión, no querer hacer nada. Se quiere estar bien, pero hacemos todo para estar mal. La terapia trae consigo información para ver la situación diferente y estar mejor. Si se aprende que su felicidad no es él/ella, sino que comparte felicidad con él/ella, que él/ella no es suya, que mío solo soy yo, la situación es diferente y deja de repetir esquemas.
  • El tiempo para uno mismo es muy importante estar solo, pero pegado de un celular, de un televisor o de una botella de licor no es estar conmigo mismo. Es disfrutar y pensar sobre lo que soy y sobre qué puedo mejorar. Es triste ver tantas personas que huyen de estar con ellos mismos.
  • El yoga, tai chi y la meditación pueden ayudar en ese proceso de aprender a disfrutar el tiempo con nosotros mismos.
  • Tener pensamientos positivos, la comunicación que manejamos con nosotros mismos. Difícilmente estaré feliz si todo el tiempo tengo pensamientos negativos.
  • Agradecer, desde el simple hecho de poder abrir los ojos nuevamente; de ahí en adelante cada cosa que nos llegue nos ayuda a fortalecer esa felicidad.

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