Saludzz-portada

¿Por qué olvidamos que somo la prioridad? ¿Cómo recuperarnos?

Dos psicólogas explican por qué tenernos como primer lugar es importante y las claves para recuperar la importancia en sí mismo.

Con el pasar de los años y, en la gran mayoría, de manera inconsciente, las personas van olvidando que la prioridad es el propio ser. Que, aunque sean padres, hijos, esposos, amigos, lo primero es uno mismo.

La importancia de tenerse como prioridad radica en que “nos convertimos en el lugar más seguro con el cual nos podemos relacionar, nos sentimos con confianza en la vida, seguros, amorosos y, sin lugar a duda, siempre vamos a elegir nuestro bienestar por encima de otras demandas”, explica la psicóloga Tatiana Ibarra León, psicoterapeuta y consteladora familiar.

Es cuestión, agrega, de amor y respeto para proyectar estos sentimientos a los demás. “Los límites se vuelven más claros y somos leales a nuestros valores personales como la alegría, el disfrute, la tranquilidad entre otros”, agrega.

Para la psicóloga Nathalia Bello, psicóloga y consultora de Mindfulness, tenerse como prioridad está relacionado con la vida, los resultados, el tipo de relaciones que se cultivan, el trabajo, y la calidad de vida en general está completamente asociada “a la forma en la que me relaciono conmigo mismo o conmigo misma”.

Es decir, si no se cuida de sí mismo, lo demás no va a funcionar y es cuando llegan los obstáculos, el auto-saboteo y los problemas con los demás.

Las psicólogas coinciden en que la persona se olvida de que es la prioridad porque busca cumplir las expectativas de los demás. “Desde niños, somos muy espontáneos, somos muy naturales, hacemos lo que nos gusta, somos muy honestos, transparentes. Pero, a lo largo de la vida vamos aprendiendo a actuar y a accionar y a pensar en función de las expectativas de otros”, explica la psicóloga Bello.

O, como dice la psicoterapeuta, en lo que es “bien visto” por los demás, en su mayoría por la sociedad, las creencias familiares, los grupos sociales que nos rodean, “estando en una constante batalla de encargar, tener y deber “ser” olvidando completamente lo que nos hace felices y plenos”.

Además del afán que hace olvidarse del momento presente y, “cada vez que esto pasa, dejamos de escucharnos, sentirnos y honrar lo que necesitamos desde el corazón”, añade Tatiana Ibarra.

¿El límite?

El indicador más importante para reconocer cuándo se está pasando el límite es cuando se afecta el bienestar propio, la calidad de vida, el estado emocional. “Siempre pensar en el otro no va a ser algo malo. En realidad, lo que se convierte en un problema es cuando el bienestar del otro está por encima de mi propio bienestar. Incluso, como papás”, señala la consultora de Mindfulness.

Además, es una señal si se pierde el disfrute de hacer las cosas, si se siente presión y si el cuerpo tiene señales de enfermedad.

Así mismo, agrega Tatiana, cuando se hacen las cosas desde la obligación y no porque realmente apasione y lo haga sentir pleno. Cuando comienza a dejarse de lado y suple las necesidades de los otros y no las propias.

“Una manera de cruzar el límite es sintiendo culpa si no cumples las expectativas de los otros frente a ti. Pensar y creer que lo que anhelas y te hace sentir fuerte, no es importante y se puede posponer”, agrega la experta.

Claves para comenzar a trabajar en pro sí mismo.

Las psicólogas recomiendan:

  • Pasar de tener toda la atención a lo de afuera a prestar toda la atención hacia adentro; es un proceso de autodescubrimiento que implica también conocer la familias, los antepasados, los patrones repetitivos de la historia propia.
  • Ser más valientes para ser leales a los sueños propios y lo que nos hace sentir felicidad.
  • Identificar desde dónde se eligen las prioridades, si buscando la aprobación de los otros o desde la autonomía.
  • Aún cuando exista el miedo y las creencias limitantes, la fuerza, la confianza y lealtad propios deben determinar las decisiones y prioridades.
  • Hacer un listado de los sueños, relacionados con la salud, el propósito de vida, el trabajo, las relaciones, la espiritualidad, y trazar metas.
  • Generar hábitos de autocuidado diarios: ejercicio, meditar, descansar. No solo enfocarse en lo urgente, sino también en lo importante.
  • Definir lo que es sagrado e innegociable; por ejemplo, el tiempo personal.

También le puede interesar

Más en:Salud

Los comentarios están cerrados.