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Los ciclos hormonales también son un tema de hombres

¿De qué se trata? ¿En qué se diferencian de los ciclos de las mujeres? ¿Cómo manejarlos? Expertos responden.

Por: Pilar Bolívar

Si bien aún no hay consenso sobre su frecuencia, lo que sí es cierto (y de lo que poco se habla) es que los hombres también tienen ciclos hormonales y que tienen efectos sobre la espermatogénesis y el comportamiento sexual. “Esto está estereotipado hacia la mujer porque existe una evidencia física –el sangrado menstrual–, pero ello no quiere decir que los hombres no los tengamos”, asegura el sexólogo clínico Fernando Rosero. “Los hombres también, al igual que las mujeres, vamos formando y liberando por periodos, momentos o por circunstancias ciertas sustancias”.

Son autorregulados

Hombres y mujeres, por nuestra condición humana, no liberamos permanentemente la misma concentración de hormonas o de sustancias, sino que nos regimos por algunos ciclos. “En el hombre, no se evidencian mediante la menstruación porque no tenemos endometrio ni útero, pero son los que permiten la formación de espermatozoides (es decir, la espermatogénesis) y por eso son fundamentales, aunque se hable poco de ellos”, agrega Rosero.

La frecuencia de este ciclo la regula el mismo cerebro del hombre mediante un proceso de feedback. Al ser liberadas esas sustancias y hormonas que van, por ejemplo, a los testículos para formar los espermatozoides, producen otras sustancias que se funden en el torrente sanguíneo y, por ello, el cerebro deja de producirlas.

“Esos ciclos, generalmente, son para la formación de productos o sustancias que, a diferencia de la mujer, no tienen un impacto en el estado de ánimo o no es evidente porque no son tan marcados para que sean percibidos por los hombres”, sostiene el sexólogo clínico.

Con el ciclo circadiano

Otro ciclo muy importante en los hombres es el de la testosterona, la hormona que es equiparable a los estrógenos en la mujer en cuanto a sus efectos, pero no a sus temporalidades. “A lo largo del día, los hombres vamos consumiendo la testosterona y, en la noche, por acción del ciclo circadiano –que regula los periodos de sueño– liberamos esta testosterona y por eso amanecemos con los niveles máximos”, dice Rosero.

Al ser el ‘combustible’ masculino por excelencia (la testosterona es la que determina el deseo sexual, la capacidad para formar y mantener hueso y músculo, marca la formación o desaparición de pelo y recarga de energía), su ciclo es diario. Por eso, es habitual que los hombres que se ejercitan respeten su sueño –es el momento en el que la hormona trabaja en la recuperación y el crecimiento de la masa muscular– y prefieran alzar fierros en las mañanas, cuando tienen la testosterona a tope.

“El hombre tiene picos de producción principalmente en la noche, gracias al sueño –agrega el sexólogo-. Por eso, es tan famoso el cuento que los hombres en la estamos más activos sexual, mental y muscularmente”.

De larga duración

A diferencia de las mujeres, cuya disminución de hormonas sexuales se produce a lo largo de los días –de ahí que los efectos de sus ciclos sean muy marcados física y psicológicamente–, los hombres tienen estas pérdidas año tras año y se hacen más evidentes a partir de los 45 años. Es cuando se habla del cumplimiento del ciclo hormonal de larga duración que se caracteriza por cambios en el estado de ánimo –que se suele confundir con síntomas depresivos– “porque la testosterona, que es la gasolina, empieza a estar baja y por ello perdemos vitalidad, capacidad de concentración y de temple frente a la vida en general.

Otras señales de la disminución en los niveles de testosterona por el ciclo hormonal de larga duración son la presencia de fatiga, la ausencia del deseo sexual, la dificultad para crear o mantener la masa muscular y pelo (si antes se afeitaba todos los días, pasará a hacerlo cada 4 o 5 días) y la falta de concentración.

Es importante aclarar que esta etapa en la que ingresa el hombre al cumplirse su ciclo de producción de testosterona no debe llamarse ‘andropausia’ –término acuñado para hablar de una especie de menopausia masculina– sino hipogonadismo del adulto, como señala el doctor Rosero.

“Etimológicamente, la palabra menopausia viene de ‘meno’, sangrado, y ‘pausia’, cese; entonces, es una disminución o cese del sangrado. Pero ‘andro’ es hombre y ‘pausia’ cese y uno no deja de ser hombre por estar en un periodo de disminución de la testosterona”, puntualiza el sexólogo clínico.

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