Salud

¿Cómo cuidar la salud, a partir de los 30 años?

Los especialistas dan recomendaciones de cómo cuidar la piel, el corazón y la salud mental durante esta crucial etapa de la vida.

Para Samuel Cárdenas, médico internista del programa chequeo médico preventivo de la Clínica Imbanaco, los 30 años es una edad determinante: uno, porque se evidencia la acumulación de factores y estilos de vida adelantados hasta este momento. Dos, existen enfermedades crónicas o hereditarias con mayor incidencia que empiezan a manifestarse en este tiempo. Tres, se manifiestan alteraciones físicas, metabólicas, hormonales, entre otras.

Adicionalmente, en muchas personas, marca el inicio de etapas como la vida en pareja, crecimiento personal y profesional, independencia, proyección, entre otros.

Mauricio Alberto Rodríguez Escobar, director de la Especialización en Medicina Familiar de la Universidad El Bosque, asegura que, con el objetivo de conservar una buena calidad de vida en etapas posteriores, es esencial tener hábitos saludables de vida que se traducen en actividad física periódica, alimentación sana, chequeos recurrentes, compartir con familia y amigos.

Que si el corazón cambia…

La respuesta es no. Sin embargo, sí es una edad en la cual el sedentarismo, una dieta desregulada y la obesidad empiezan a generar afectación en este órgano.

Juan Manuel Sarmiento, coordinador del Centro de Prevención Cardiovascular de la Fundación Clínica Shaio reitera que practicar una actividad física de manera regular contribuye al buen funcionamiento del organismo. Debería practicarse durante al menos 30 minutos, cinco veces a la semana.

Para ahondar un poco en los cuidados del corazón, el especialista sugiere realizar exámenes de este órgano, al menos cada dos años, basado en las diferentes alteraciones que cada persona pueda presentar. Complementar con un electrocardiograma y los exámenes sanguíneos de rutina.

Que si la piel cambia…

Sí. Claudia Toro, médica cirujana, especialista en medicina estética, afirma que, “entre los 25 y los 30 años, la epidermis modifica su apariencia: luminosidad, aspecto jovial, tersura y suavidad, debido a la disminución de producción de ácido hialurónico”.

Es necesario precisar que la principal función del colágeno es crear uniones entre diferentes estructuras del cuerpo, pero la producción de esta proteína se reduce de forma natural y con los años.

Así pues, la pérdida de colágeno está asociado a dolores a nivel de las articulaciones, tendinopatías (inflamación del tendón) y osteoartritis (es la forma más común de artritis. Causa dolor, inflamación y disminución de los movimientos en las articulaciones). Será necesario contactar a un especialista que le entregue indicaciones sobre la ingesta y/o consumo de colágeno y de ácido hialurónico que contrarresten el paso de los años.

Que si el metabolismo cambia…

Sí. Para tener un metabolismo activo es importante ejercitarse. La Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve la actividad física traducida en caminar, montar en bicicleta, participar en actividades recreativas, entre otros.

Lo anterior, combinado con una sana alimentación (como consumo de cinco porciones entre frutas y verduras al día, disminuir el consumo de sal, bebidas azucaradas y alimentos procesados), adecuado sueño (dormir durante siete horas al día) y mente positiva serán determinantes para tener un organismo saludable.

Que si la salud mental se altera…

No se altera, ni cambia. Sin embargo, llegar a los 30 años puede generar en muchas personas ciertos sentimientos de irritabilidad, ansiedad y angustia debido a la adquisición de más responsabilidades o sentir que no se han alcanzado los logros esperados.

Es importante interactuar, compartir y socializar con otros, exteriorizar los sentimientos y pensamientos, escuchar y ser escuchados. Atender una consulta con especialistas en la materia permitirá prevenir complicaciones y recibir ayuda oportunamente.

Chequeos médicos: prioritarios

Anualmente, es esencial contemplar la toma de presión arterial, peso, talla, perímetro abdominal, exámenes para detectar enfermedades de transmisión sexual, el examen del perfil lipídico que incluye el colesterol y los triglicéridos. En las mujeres la toma de la citología cada tres años y otros, según antecedentes de riesgos familiares o situaciones de riesgo específicas.

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