¿Qué significa ser madre en el mundo de hoy?

Hay mujeres que quieren ser madres, otras que no. Lo cierto es que madres ha habido siempre, a lo largo de la historia, y las diferentes épocas han traído nuevas formas de ver y asumir este rol.

Por: Eliana Páez S.

“El significado y sentido de la maternidad se ha transformado históricamente, en relación con el rol social que se le ha asignado a la mujer, a partir de factores culturales, económicos, religiosos y políticos. La maternidad es un concepto polisémico que tiene diversas interpretaciones, según la cultura en la que se analice”, explicó Rosaura Suárez Cortés, socióloga y docente universitaria.

Por su parte, Nidia Solórzano Peña, pedagoga y magíster en neuropsicología, aseguró: “Los avances científicos y las diferentes reivindicaciones igualitarias que se han presentado en algunas sociedades, con referencia a temas como métodos anticonceptivos y la decisión de una mujer sobre su interés por ser madre, han permitido que, en muchos casos, la maternidad sea deseada o no, y en caso de asumirse, permita a la madre desarrollarse, también, como profesional y desde sus múltiples roles de interés”.

Según Suárez, “desde una perspectiva biológica, la maternidad se define como el proceso de procreación, gestación, parto y amamantamiento. Desde una perspectiva sociológica, la maternidad corresponde al conjunto de prácticas, roles y creencias que condicionadas por las interacciones sociales y las relaciones de poder establecen la posición de la mujer frente a la procreación y la crianza. En la cultura occidental, las interpretaciones sobre la maternidad y la crianza han tenido diversas transformaciones históricas”.

La socióloga y docente universitaria precisó que, en la antigua Grecia, se relacionaba el rol procreador de la mujer con algunas deidades. Démeter, la diosa de las cosechas, representaba la maternidad caracterizada por la generosidad, el cuidado y la nutrición de otros. Esa misma asociación se encuentra en otras culturas ancestrales que reconocen en la maternidad el don de la provisión y la protección.

Agregó, además que, en la Edad Media prevalecían las creencias de la cultura judeocristiana, la maternidad se asociaba a la figura de la Virgen María como modelo de amor, entrega, sacrificio y obediencia al hombre. Se naturalizó el rol de la maternidad desde las funciones fisiológicas: procreación, gestación, parto y amamantamiento. La esterilidad se concebía de forma negativa. Luego, en la modernidad, debido a las grandes revoluciones, el concepto de maternidad se transformó, aunque se sigue enfatizando en la responsabilidad que tienen las mujeres durante la crianza y educación de los hijos.

Y precisó que, en el sistema patriarcal-capitalista, la mujer que es madre ha tenido condiciones desiguales en el desempeño de su rol porque la maternidad se ha visto más como un “instinto” al desconocer el trabajo doméstico y de crianza, la contención emocional y las labores de cuidado. Sin embargo, esta visión se ha ido desdibujando buscando reconocer este rol y visibilizando la responsabilidad de la paternidad en cada caso.

“Con la vinculación de más mujeres al sistema educativo y al trabajo remunerado, las políticas de educación sexual y los avances en métodos de planificación, la maternidad ha dejado de ser una obligación para convertirse en una decisión”, agregó Suárez.

“Las culturas trascienden sus enseñanzas a nuevas generaciones, pero esas enseñanzas también se transforman y la evolución humana ha presentado otros escenarios. Vemos hoy, incluso, personas transgénero que buscan la maternidad convirtiéndola en un rol diverso. Educar en este aspecto debe ser constante para llegar al punto de asumir la maternidad con amor y responsabilidad. O no asumirla, sin tener que recurrir a interrupciones”, concluyó Solórzano.